domingo, 22 de noviembre de 2020

EL MUNDO DE PARADOJAS ECONÓMICAS DE KRUGMAN

 EL MUNDO DE PARADOJAS ECONÓMICAS DE KRUGMAN




POR MARCELINO LARA LUCAS
CONSULTOR DE ECONOMIA Y FINANZAS

El  prestigioso economista neokeynesiano Paul Krugman fue galardonado con el Premio Nobel de Economía 2008.También obtuvo el premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales en 2004. Fue asesor del Banco Mundial y de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo.

Cuando una economía llega a una situación en la que ní siquiera una tasa de interés al cero por ciento es suficientemente baja para restaurar el pleno empleo, caemos en un mundo de paradojas en que la virtud es un vicio y la prudencia es una locura, dice Krugman.

Una de esas paradojas es la Paradoja del Ahorro, que funciona de la forma siguiente: Si suponemos que todo el mundo intenta ahorrar más al mismo tiempo, sería lógico pensar que este ahorro se traduciría en una mayor inversión que conduciría a un aumento del gasto en nuevas fábricas, edificios, centros comerciales, carreteras, puentes, etc. que ampliarían nuestra riqueza futura. Pero en una economía deprimida, como la actual, lo único que ocurre cuando todo el mundo intenta ahorrar más (y por tanto disminuye su gasto) es que los ingresos también disminuyen y la economía se deprime aun más. Debemos recordar que tu gasto es mi ingreso.

Y en la medida que la economía profundiza su estado de depresión, las empresas invertirán menos. De manera que en el intento de ahorrar más desde el punto de vista personal, los consumidores terminan ahorrando menos en su conjunto.

La Paradoja del Ahorro es muy clara en cuanto al daño que éste puede causar a una economía en depresión. En este caso el ahorrro deja de ser igual a la inversión, como nos lo habían enseñado en la materia de Introducción a la Economía en la Universidad.

Según nos explica Krugman, la paradoja del ahorro, no depende necesariamente de una herencia de préstamos excesivos en el pasado, aunque en la práctica sea así como hemos terminado teniendo una economía persistentemente deprimida. No obstante, el exceso de deuda pendiente causa otras dos paradojas muy relacionadas entre si.

La primera es la Paradoja del Desapalancamiento que se resume en el lema de Fisher según el cual, cuanto más pagan los deudores más deben. En un mundo en el que un gran porcentaje de personas o empresas están intentando cancelar sus deudas todos al mismo tiempo, es un mundo en el que se reducen los ingresos y el valor de los activos, donde los problemas de endeudamiento se agravan, en lugar de mejorar.

La segunda paradoja es la Paradoja de la Flexibilidad, que funciona de la forma siguiente: Cuando uno halla dificultades para vender algo, lo resuelve bajando el precio. Así, parece natural suponer que la solución al desempleo masivo es recortar los salarios. De hecho, los economistas conservadores dicen que F. D. Roosevelt retrasó la recuperación de los años treinta porque el New Deal aumentó los salarios, cuando debió haberlo reducido, argumento que ha sido desmentido por economistas neokeynesianos . Hoy dia se defiende a menudo que lo que en verdad necesitamos es una mayor flexibilidad en el mercado de trabajo, eufemismo del recorte de salarios para justificar los bajos sueldos.

Sin embargo, mientras un trabajador individual puede mejorar sus oportunidades de obtener trabajo a cambio de aceptar un salario inferior, que lo haga más atractivo en comparación con otros trabajadores, un recorte general de salarios deja a todo el mundo en el mismo lugar, salvo en un aspecto: reduce los ingresos de todos, pero el nivel de deuda se mantiene igual. Así pues, más flexibilidad en los salarios (y en los precios) solo empeoraría la situación actual de depresión.

La conclusión de Krugman es que en un momento en el que muchos deudores intentan aumentar el ahorro y cancelar las deudas, es importante que alguien haga lo contrario, es decir que gaste más y tome más dinero prestado, y el alguien más obvio no es otro que el gobierno. Esta es otra forma de llegar al argumento keynesiano según el cual para responder a la clase de depresión a que nos enfrentamos necesitamos del gasto del gobierno.

En el actual contexto económico la caída de los salarios y demás precios de la economía tiende a empeorar la situación de depresión. Por eso es que consideramos que en la actual coyuntura económica la inflación producto del aumento de la demanda agregada pudiera resultar útil porque, entre otras cosas, reduciría la carga de la deuda interna.

Aumentar el gasto de capital en el presupuesto nacional para crear empleo resulta ser lo más recomendable para sacar a una economía de la depresión y volver a tomar la ruta del crecimiento. En esta coyuntura es necesario poner dinero en los bolsillos de la gente para dinamizar de esta forma la demanda agregada. No es tiempo de aplicar nuevos impuestos ni de cerrar los programas sociales. Ese tipo de medidas no hacen más que profundizar la depresión. Entendamos el mensaje de las paradojas económicas de Krugman.

1 comentarios:

A las 23 de noviembre de 2020, 8:41 , Blogger miguelpujols ha dicho...

Excelente como siempre. Esta vez mi acotación es recordar que la idea que todavía prima sobre los incrementos de los salarios le llamaron en época de David Ricardo "La ley de hierro de los salarios" todavía hay quienes piensan así.
Muy interesante. Excelente artículo.

 

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